domingo, 28 de octubre de 2012

CREPS o FILLOAS: Una elaboración de Origen Celta


No siempre resulta sencillo averiguar el origen de una receta culinaria, en especial cuando se trata de preparaciones muy antiguas; tal es el caso de esas obleas o tortillas a base de harina de trigo, leche y huevos que los franceses conocen como crepes y los gallegos como filloas.

Sí que se sabe que el Camino de Santiago, antes y después de su cristianización, fue cauce de intercambios culturales entre los pueblos europeos que incluían, naturalmente, los gastronómicos; recetas y recetas viajaron hacia el Oeste o regresaron al Este más o menos modificadas.
Los crepes son un plato, dulce o salado, típico de una zona de Francia muy concreta: la Bretaña. Las filloas, que también pueden tomarse con o sin azúcar, lo son de Galicia, en España. Ambas regiones, ambos pueblos, tienen en común una cosa: su origen celta. De modo que podríamos estar ante una preparación realmente antigua, de ese mismo origen, modificada con el tiempo.

Los ingredientes los tuvieron los europeos a su disposición desde un pasado muy remoto: trigo, huevos y leche... aunque hay que subrayar que existen versiones de estas tortitas que sustituyen la leche por un buen caldo, e incluso otras, más en desuso, que utilizan sangre de cerdo.

También varía la forma de calentarlas. Los bretones, y los franceses en general, las fríen en mantequilla. Los gallegos utilizan tradicionalmente como grasa para freírlas un buen trozo de tocino blanco que pinchan en un tenedor y frotan en la sartén.

Por si se animan, les daremos la receta. Pongan en un molde 250 gramos de harina de trigo, tres huevos, una cucharadita de sal y una pizca de azúcar. Añadan un litro de leche y mezclen, batiendo hasta que la mezcla tenga consistencia de natilla. Déjenla reposar media hora.


Pongan una sartén al fuego; úntenla con el tocino antes citado, que irá soltando su grasa. Echen un poco de la mezcla anterior y extiéndanlo rápidamente por todo el fondo de la sartén. Una vez que la filloa se desprenda con facilidad, denle la vuelta y háganla por el otro lado. Han de quedar lo más finas posible.

Lo normal es espolvorearlas con azúcar, enrollarlas sobre sí mismas y tomarlas así, pero pueden rellenarse con nata, con crema pastelera, con mermeladas, con miel... En Galicia son un postre clásico de Carnaval y en Bretaña existe la tradición de voltearlas lanzándolas al aire; se dice que si se hace con éxito teniendo en la mano una moneda, la fortuna sonreirá toda su vida a quien lo consiga.

Por supuesto, suprimiendo el azúcar en la confección de la masa, crepes o filloas quedan listas para albergar dentro de ellas cualquier alimento, desde verduras hasta mariscos, en preparaciones que ya rozan la alta cocina; los mariscos, especialmente los camarones o las almejas, se prestan perfectamente, con alguna salsa, a ser envueltos por esta sencilla y rica mezcla.

Nadie puede decir a ciencia cierta dónde ni cuándo nacieron los crepes o las filloas; pero son unas cuantas coincidencias las que apuntan a que sus creadores fueran, hace mucho tiempo, esos celtas que llegaron a las costas del Mar Tenebroso mucho antes de que el Camino de Santiago se llamase así.

eltiempo.com




MASA DE CREPS BÁSICA

Ingredientes

- ½ litro de leche
- 250 gramos de harina
- 50 gramos de mantequilla
- 4 huevos
- 1 cucharada de azúcar
- 1 cucharadita de sal

La cantidad de sal o azúcar se puede variar según se vayan a elaborar para un relleno salado o dulce.


Proceso

Prepara la masa con dos horas de antelación para dejarla reposar. Echamos en un cuenco amplio todos los ingredientes y mezclamos con la batidora hasta obtener una crema fina y homogénea, es importante que no quede ningún grumo. Reservar en el frigorífico durante al menos dos horas.

Haz los crêpes en una sartén anti-adherente, puedes engrasarla con mantequilla, pero nosotros preferimos poner unas gotas de aceite de oliva, pero unas gotas contadas para que no queden grasientas. La primera normalmente se desecha y sirve para que toda la sartén esté perfectamente engrasada y no se peguen las que se harán a continuación.

Dependiendo del tamaño de la sartén, usamos medio cucharón o tres cuartos de la masa por crepe, deben salir finas. Vertemos la masa en el centro y volteamos la sartén para que la masa cubra toda la superficie,  se deja cocer un par de minutos y  le damos la vuelta  para que se dore el otro lado.

Repetir la operación hasta terminar con la masa, colocando los crêpes en un plato, uno encima de otro, así se mantendrán calientes.

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